Delimitación y formulación de los objetivos de una investigación
El objetivo general de la investigación es una declaración concisa y clara que resume el propósito principal de un estudio. Es una meta amplia que expresa lo que el investigador pretende lograr al final de la investigación. Suele expresarse utilizando un verbo en infinitivo para denotar la acción que se busca realizar, y también incluye la variable o tema de investigación, la unidad de análisis, el contexto espacial y temporal en el que se llevará a cabo el estudio. Los veremos uno a uno:
(1) El uso del verbo en infinitivo en la redacción del objetivo general de la investigación, es esencial para expresar de manera clara y precisa la acción que se busca lograr, señala la acción principal que el investigador pretende llevar a cabo en su estudio.
(2) El tema o variable de investigación es un componente básico en la redacción del objetivo general de una investigación, ya que este elemento se refiere al aspecto específico que el investigador está estudiando en su investigación. Es la cuestión central que guía la indagación y define el enfoque del estudio.
(3) La unidad de análisis se refiere a la entidad o grupo específico que será objeto de estudio en la investigación, ya sean personas u objetos. Esta entidad puede ser un individuo, un grupo, una organización, una región geográfica, entre otros. Incluir la unidad de análisis en el objetivo general ayuda a definir los límites y alcances de la investigación, estableciendo claramente quiénes o qué serán examinados en el estudio.
(4) El alcance espacial es el lugar o contexto geográfico en el que se llevará a cabo el estudio. Incluir el alcance espacial en el objetivo general brinda información importante sobre el ámbito geográfico en el que se aplicará la investigación. Esta especificación ayuda a definir los límites geográficos en los que se centrará el estudio, lo que es crucial para comprender dónde se aplicarán los hallazgos y conclusiones.
(5) El alcance temporal es el período de tiempo que abarcará el estudio. Incluir el alcance temporal en el objetivo general proporciona claridad sobre cuándo se llevará a cabo la investigación y cuál será la duración del estudio. Esta especificación es esencial para definir los límites temporales en los que se recogerán datos y se analizarán los resultados. Ayuda a los lectores a comprender la relevancia y actualidad de la investigación, al contextualizarla en un marco de tiempo específico.
(6) El alcance conceptual es la definición clara y precisa de los conceptos clave que serán abordados en el estudio. Incluir el alcance conceptual en el objetivo general es esencial para delimitar y especificar los términos y temas centrales que serán investigados.
Por su parte, los objetivos específicos de investigación son metas más detalladas y concretas que se derivan del objetivo general de un estudio. Estos objetivos específicos descomponen el propósito general en pasos más pequeños y alcanzables. Cada objetivo específico aborda una parte específica del problema de investigación y define qué se debe lograr en esa etapa particular del estudio. En conjunto, los objetivos específicos actúan como un plan detallado que guía el desarrollo de la investigación y establece las acciones concretas que el investigador llevará a cabo para alcanzar el objetivo general, ayudan a estructurar y organizar el estudio, permitiendo un enfoque más claro y sistemático en la obtención de resultados.
El enfoque regularmente usado para su redacción es el de la técnica de formulación secuencial. Consiste en organizar los pasos necesarios para alcanzar el objetivo general en una secuencia lógica y coherente, e implica dividir el proceso de investigación en las etapas lógicas, que coinciden con las dimensiones: teórica-referencial, diagnóstica y propositiva del desarrollo de la investigación, y luego definir acciones específicas para cada etapa. Esta técnica ayuda a planificar y ejecutar la investigación de manera ordenada y estructurada, asegurando que cada paso contribuya al logro del siguiente, y en última instancia, al objetivo general de la investigación. Esta formulación se realiza de la siguiente manera:
(1) Divide el proceso de investigación en etapas o fases lógicas; estas etapas deberían reflejar la secuencia de pasos necesarios para alcanzar el objetivo general de investigación.
(2) Para cada etapa, identifica las acciones específicas que necesitas realizar; deben ser claras, medibles y alcanzables.
(3) Organiza las acciones de manera secuencial, de modo que cada acción conduzca a la siguiente de forma coherente.
(4) Para cada etapa, redacta objetivos específicos que reflejen las acciones que planeas llevar a cabo.
(5) Verifica la coherencia; Cada objetivo debería contribuir al logro del siguiente y, en última instancia, al objetivo general.
(6) Una vez formulados, revisa los objetivos específicos para asegurarte de que sean alcanzables y estén bien definidos.
En conjunto, la delimitación y formulación de objetivos brindan claridad sobre qué se busca
lograr y cómo se abordará el problema de investigación. Estas etapas reducen la ambigüedad y proporcionan una base sólida para la toma de decisiones durante todo el proceso investigativo. Son cimientos esenciales que aseguran que la investigación avance con dirección, propósito y resultados concretos.
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