Incentivos a la formalización de la micro empresa en Chile
Las microempresas representan una parte significativa del tejido económico en Chile, pero su informalidad persistente ha sido un desafío durante décadas. La informalidad limita el acceso a recursos, protección legal y oportunidades de crecimiento, tanto para los propietarios de negocios como para la economía en su conjunto.
Según datos de la última Encuesta Longitudinal de Empresas (ELE) realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), aproximadamente el 40% de las empresas en Chile son microempresas. Sin embargo, una gran proporción de estas operan en la informalidad, lo que limita su capacidad para acceder a créditos, programas de capacitación y otros beneficios que podrían promover su crecimiento y estabilidad. La informalidad también tiene implicaciones fiscales, ya que los negocios informales no contribuyen a los impuestos, lo que impacta los recursos gubernamentales para programas sociales y de infraestructura.
Incentivos a la formalización
1. Simplificación del proceso de registro y regulación
El gobierno ha implementado medidas para simplificar el proceso de registro de empresas y reducir la carga administrativa. El sistema "Empresa en un día" permite la creación rápida de empresas en línea, simplificando trámites y reduciendo costos. Este programa permite a los emprendedores crear una empresa en un plazo de 24 horas, reduciendo significativamente la burocracia y los trámites necesarios para establecer un negocio formal. Implementada por el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, esta plataforma en línea facilita el registro de empresas de manera rápida y eficiente, alentando así a los empresarios a formalizar sus operaciones. Últimamente ha sido actualizada a través de la Ley No. 20.659, que ha introducido mayores simplificaciones al proceso de constitución.
2. Acceso a beneficios
Ofrecer incentivos específicos, como acceso a créditos blandos, programas de capacitación y beneficios fiscales, puede ser crucial para animar a las microempresas a formalizarse. Los programas gubernamentales que brindan asesoramiento y apoyo técnico también juegan un papel fundamental, ya que ayudan a los emprendedores a comprender los beneficios de operar de manera formal y cumplir con las regulaciones. En este punto es importante relevar la extensión de la Ley de Alivio Tributario (No. 21.514) hasta marzo de 2024, que permite a las micro, pequeñas y medianas empresas acogerse a convenios especiales y condonación del 100% de interés y sanciones por mora en el pago de impuestos; agregar la Tasa disminuida a 10% del impuesto de primera categoría para el régimen Pro-Pyme General (Ley 21.256) que se extendió hasta al AT 2024 (año comercial 2023), además de la tasa transitoria de 12,5% para el AT2025 (recordar que esta tasa, en régimen, es de 25%).
3. Campañas de sensibilización y educación
La falta de conciencia sobre los beneficios de la formalización puede ser un obstáculo. Campañas educativas y de sensibilización dirigidas a los propietarios de microempresas podrían destacar las ventajas económicas, legales y sociales de operar dentro del marco legal.
VII Encuesta de Microemprendimiento (EME-VII)
Los mayores desafíos en nuestra economía están en el acceso a beneficios permanentes y en las campañas de sensibilización y educación sobre las ventajas de la formalización. Respecto de este último punto, según un informe publicado por el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo en junio 2023 (https://www.economia.gob.cl/wp-content/uploads/2023/06/sintesis-de-resultados-eme-vii.pdf), hasta agosto de 2022 se observaron 1.977.426 personas micro emprendedoras, de las cuales un 58,3% correspondieron a personas informales, pudiendo desagregarse algunos resultados:
(1) Según sexo, un 63,2% de las mujeres eran informales, y un 54,9% de los hombres se reportaban en la misma condición,
(2) Por región, los mayores niveles de informalidad los encontramos en las regiones de Antofagasta y La Araucanía, seguido de Arica y Parinacota. La Región Metropolitana mostró un nivel de informalidad de 55,7%.
Para efectos de estos resultados, se considera que la actividad es informal cuando la persona micro emprendedora no ha iniciado actividades ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) por la actividad que ejerce, o carece de una contabilidad a través de la cual puedan separar los gastos del negocio de los del hogar.
Este gráfico muestra la distribución de micro emprendedores según si hicieron o no iniciación de actividades en SII y rama de actividad económica. Se observa que dentro de quienes se dedican a actividades ligadas a la agricultura y construcción, cerca de un 75 % no han iniciado actividades en el SII. Mientras que en el rubro de servicios y comercio cerca de la mitad sí lo han hecho.
Este otro gráfico muestra la cantidad de micro emprendedores según razones para no haber iniciado actividades en SII y sexo. Se observa que, por lejos, la principal razón para no iniciar actividades es que el negocio es demasiado pequeño o la actividad es poco frecuente; otra respuesta importante es que el registro no es esencial para el funcionamiento del negocio.
Este gráfico muestra la cantidad y distribución de personas micro emprendedoras, según formalidad y nacionalidad. Queda en evidencia que, proporcionalmente hablando, hay mayor informalidad entre los chilenos (58,7%), que entre los extranjeros (47,3%).
Propuestas del Pacto Fiscal
Esta propuesta considera ciertas medidas en apoyo a las Pymes que resultan relevantes de señalar. Es lo que se ha llamado la nueva ruta de emprendimiento, que -para quienes se formalicen- considera regímenes tributarios simplificados para los primeros 4 años de funcionamiento, en la forma que detalla el siguiente cuadro sinóptico:
Fuente: Elaboración propia en base a página: https://www.gob.cl/noticias/beneficios-pro-pymes-medidas-pacto-fiscal-micro-pequenas-medianas-empresas/
Además, considera el fortalecimiento del régimen tributario transparente: (a) se elimina exigencia que socios sólo sean personas naturales; (b) reinversión de utilidades hasta un 70% de la renta líquida imponible. Finalmente, el régimen Pyme se eleva hasta 100.000 UF de ventas.
Algunos comentarios al respecto:
(a) En lo relativo al sistema "empresa en un día", falta mayor asesoramiento al contribuyente a la hora de escoger el tipo societario y las cláusulas que se incorporan al pacto social, de modo de evitar errores e inconsistencias posteriores; lo mismo respecto de los compromisos que asumen los socios en el acto constitutivo, los que suelen no cumplirse en el tiempo, y que podrían acarrear eventuales vicios de nulidad.
(b) Las rebajas de las tasas de impuestos de la Ley de alivio tributario, y las condonaciones de intereses y sanciones por mora, tienen un carácter temporal, que para el AT 2026 harán que vuelva a un 25% la tasa de impuesto de primera categoría. Agregar a lo anterior que los contribuyentes acogidos al régimen Pro-Pyme General no son parte de la denominada nueva ruta del emprendimiento. Esto pese a que este último régimen parece ser el destino natural de una micro empresa, cuando ha alcanzado un cierto nivel de operaciones. En mi opinión, faltan incentivos a crecer.
(c) Luego, los incentivos propuestos tienen un componente puramente tributario; se debiera complementar desde el Ministerio de Economía con el diseño de herramientas que apoyen la gestión comercial de los negocios, esto es, que impulsen sus ventas; el punto es que mejores resultados operacionales, aparejarían mayor contribución en impuestos, compensando las rebajas en tasas. Es mejor el 1% de 1000, que el 1% de 100.
(d) Considero que los estímulos creados no tienen, per se, la virtud de incentivar la formalización de las Pymes; lo que el diseño contempla son rebajas en las cargas tributarias en los primeros años de formalizado, pero no debemos olvidar lo que muestra el informe del Ministerio de Economía que aludimos más arriba: el 75% de las Pymes que se dedican a actividades agrícolas y construcción, y el 50% aproximado de las que desarrollan comercio o servicios, no están formalizados, porque el negocio es muy pequeño, la actividad es poco frecuente, o porque formalizarse no es esencial para funcionar, en ese orden. Por el otro lado, no le tienen temor a la fiscalización. Visto así, no se vislumbra qué haría que un Pyme, no formalizado, se sintiera motivado a hacerlo, esto porque -desde su perspectiva- no mejoría su situación. Por el contrario, sus ingresos seguirían siendo los mismos, pero su margen neto menor por el nuevo gasto derivado del pago de impuestos. Las campañas de sensibilización deben considerar esta problemática. Se me ocurre que incentivos en materia previsional o de salud sí irían en la dirección correcta.
(e) Notar que los extranjeros en Chile, proporcionalmente hablando, no son relevantes en los índices de informalidad que muestra este segmento de empresas.
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