Sistema Tributario y desarrollo
Los ingresos tributarios de Chile son relativamente bajos; en 2019 representaban un 20,9% del PIB, versus un 33,8% de la OCDE. En consecuencia, en relación con el tamaño de su economía (medida por el PIB), Chile recauda ingresos fiscales de alrededor del 60% del promedio de la OCDE, con una estructura atípica con excesivo peso relativo del IVA.
La gráfica anterior muestra que, en promedio, la recaudación tributaria de los países desarrollados era 1,5 veces superior a la de nuestro país, medida con idéntico PIB per cápita.
A su turno, este gráfico muestra al índice GINI medido antes y después de impuestos y transferencias. Queda en evidencia que Chile sigue siendo de los países con mayores niveles de desigualdad, aun después de la redistribución vía gasto público.
Lo anterior es importante toda vez que, según la hipótesis post-keynesiana, una economía menos desigual implica una demanda agregada más vigorosa, ya que transforma los aumentos de ingreso en mayores niveles efectivos de consumo agregado. Por su parte, aumentos en la participación del ingreso ("income share") del 20% más pobre, están asociados a una mayor tasa de crecimiento del PIB. Luego, aumentos en la participación del ingreso del 20% más rico se traduce en mediano plazo en una menor tasa de crecimiento del PIB (Dabla Norris, 2015). Esto es muy intuitivo si consideramos que las personas con menores ingresos tienen una altísima propensión marginal al consumo, a diferencia de las personas con ingresos superiores, cuya propensión al ahorro es mayor. Si la redistribución alcanza al 4% del PIB es positiva para el crecimiento; porcentajes superiores no la beneficiarían.
De lo anterior se puede colegir que una menor desigualdad se asocia a una mayor tasa de crecimiento del PIB, mientras que una desigualdad elevada acorta los períodos de expansión del PIB (Berg, 2018, Ostry, 2014). Una menor desigualdad promueve el crecimiento al facilitar un mayor nivel de acumulación de capital humano.
Según la consultora BCG, en nuestro país el 40% de la riqueza está concentrado en el 1% más rico de la población. Obviamente esto no ayuda en el objetivo de mayor igualdad y crecimiento.
"Los impuestos son el precio que pagamos por vivir en una sociedad civilizada" (Oliver Wendell Holmes, juez de la Corte Suprema, USA). Son también necesarios para dar el salto al desarrollo y evitar quedarnos en la trampa de los ingresos medios.
De la síntesis expuesta, se puede concluir que una disminución de los niveles de elusión y evasión tributaria es necesaria para mejorar la redistribución del ingreso en nuestro país, ya que ello apareja mayor crecimiento vía consumo. Parece razonable.
Se señala también que el impuesto IVA tiene un peso excesivo en la recaudación, pero no se indica que, desde el año 2002 en que llegó a una tasa de 19%, ninguna administración posterior ha tomado la decisión de reducirla; si es cierto que este gravamen tiene un carácter regresivo, disminuir su tasa tendría el efecto directo de aumentar los niveles de consumo de las personas con menos ingresos, provocando el mismo impacto de mayor crecimiento de la economía, bastaría que el aumento en el consumo fuera mayor a la disminución en la recaudación por rebaja de tasa. Acotar que, además, se podría revisar las actividades exentas de IVA en nuestro país, v. gr. la venta de materias primas nacionales destinadas a la producción o fabricación de bienes destinados a la exportación, ya que no es equitativo en cuanto sólo beneficia a un sector de la economía. Revisar este impuesto también puede tener el efecto de mejorar la recaudación tributaria y la redistribución de la riqueza.
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